martes, agosto 15, 2006

RESCATEMOS LAS BARRANCAS

RESCATEMOS LAS BARRANCAS


La barranca de Analco, proviene de la voz náhuatl, atl—agua, nalh - al otro lado y co—lugar, es sin duda uno de los lugares turísticos importantes de la ciudad de Cuernavaca, en dicha barranca se encuentra El Salto de San Antón y el Salto Chico,
Enclavados en una zona cuya biodiversidad es muy importante para mantener el ecosistema, ahora se encuentra amenazado por la expansión de la mancha urbana y por los proyectos de desarrolladores privados y el gobierno panista.

Un poco de historia.
Con el objeto de promover la formación de una red de participación y coordinación comunitaria e intersectorial que derivara en un convenio amplio de colaboración en el desarrollo de varios proyectos, entre ellos el rescate de las barrancas se formó un patronato para el rescate de las barrancas de Cuernavaca. En efecto, en abril de 2004, constituyeron un comité técnico para el rescate del Salto de San Antón, con representantes del pueblo de San Antón, y diversas autoridades, entre otras esta involucrada la Subsecretaría de Turismo y el CRIM –UNAM.
En dicho programa se contemplan entre otras acciones un ordenamiento ecológico y territorial; establecimiento de un área natural protegida para San Antón y el desarrollo de ecotecnologías para el saneamiento del agua.

Sin embargo este programa de rescate de las barrancas de Cuernavaca, no contempla la defensa de los bosques y sus mantos acuíferos, provenientes de la zona norponiente de nuestra ciudad. En cambio el gobierno está realizando obras para construir el llamado “libramiento norponiente”, el cual daña la zona boscosa, por lo que se han opuesto valientemente los comuneros de Tetela del Monte, quienes por defender esta área natural han sido brutalmente reprimidos por las autoridades de Cuernavaca, quienes pretenden realizar a toda costa su proyecto destructor del bosque.
A pesar de la resistencia de la mayoría de los comuneros de Tetela, algunos ya han empezado a vender sus tierras a precios irrisorios. La resistencia también se enfrenta a la brutalidad del gobierno y a la líder Leoba Morales, quien está amenazando a los comuneros que no quieren vender sus tierras, lo cual permitiría el crecimiento del lujoso desarrollo residencial que ha visto en el bosque un paraíso, el cual pretenden privatizar y hacerlo exclusivo para unas cuantas familias pudientes, mientras que como se está argumentando, del bosque dependemos todos, pero principalmente los que habitamos la zona, en la que están pueblos tradicionales que tienen un pasado histórico y que son los legítimos dueños de estas tierras, por ser ellos los primeros en derecho.
Como lo es el Pueblo de Santa María, los comuneros de Tetela del Monte, los ejidatarios del pueblo del Salto, los ejidatarios del pueblo de Temixco y Pueblo Viejo, a quienes el propio gobierno federal ha reconocido su derecho sobre estas tierras, bosques y aguas.
Consecuencias
Es necesario imaginar que sucedería si se inicia la destrucción de este bosque: reducción del oxigeno para Cuernavaca, reducción del caudal de agua en las barrancas, extinción de especies animales que viven del ecosistema, mayor contaminación de las barrancas, por desperdicios de basura, descargas de drenaje y desechos químicos que constantemente se arrojan a las barrancas, extinción de los manantiales que surten de agua potable al municipio, exclusión y pobreza, debidos al despojo de tierras a comuneros y campesinos, mayores problemas de salud por la contaminación del ambiente, pestilencia constante para quienes habitamos al margen de la ribera del río, pérdida de nuestra riqueza natural, como lo es El Salto Chico y el Salto Grande, que son atractivos turísticos muy importantes, en suma se avizoran grandes efectos que dañan nuestra calidad de vida.

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