jueves, marzo 18, 2010

“APRENDZAJES Y COMPETENCIAS: Una mirada desde la colonialidad del saber”.

Lorenzo Ismael Vargas Sánchez

“Si la educación es un bien público,
no debe estar sujeta a
las necesidades y leyes
del mercado”.
De la Fuente y Narro
Rectores de la UNAM.


INTRODUCCIÓN.

Enfrentar el proceso de la enseñanza de una manera menos esquemática, rígida y con conciencia histórica, exige un pensamiento abierto a los cambios, pero también critico. El presente trabajo se ubica en esa postura, por lo que adopta la propuesta Didáctica no parametral (Estela Quintar, 2008) como metodología, para el análisis de los aprendizajes y las competencias, por tal motivo se desarrollaron círculos de reflexión, a modo de circulación de ideas, se asumió que las lecturas realizadas en el presente modulo (dos) del Diplomado tienen una Resonancia Didáctica y se procedió a hacer una Didactobiografía o Narrativa, de acuerdo con las experiencias docentes de los que integramos este grupo para hacer el presente ensayo. El trabajo no fue fácil, por los tiempos y el excesivo trabajo frente a grupo. Tampoco lo fue la integración y llegar a tareas concretas para alcanzar el objetivo, pero de alguna manera nos sirvió la integración grupal que ha propiciado nuestro coordinador del módulo y el hecho de que muchos de los integrantes ya nos conocemos desde hace tiempo e incluso existe afinidad de ideas y compromisos con la educación y principalmente con nuestros alumnos.
El presente ensayo tiene la “ambiciosa” “pretensión” de plantear una mirada centrada en la dignidad del estar siendo, sabemos que estamos en permanente construcción, donde el sujeto está presente, por ello la primera critica va dirigida al concepto de “los aprendizajes”, como si ellos fueran los propios sujetos, cuando en realidad, es el propio alumno y el docente el que aprende. Esta posición pude ser tachada desde ahora como franca resistencia, con las propuestas contenidas en el Nuevo Modelo, esperamos que no sea así y por el contrario, al igual que nosotros, estén abiertos a tratar de entender nuestros argumentos, de esto depende mucho que encontremos afinidadades, concordancia y armonía, para continuar con nuestra función como docentes.
Partimos del supuesto que a pesar de que se habla de los “aprendizajes” y las “competencias” para mejorar la calidad de la enseñanza, el sujeto de la acción sigue sin existir, se nos presenta ahora como un objeto mediatizado por los intereses dominantes del momento.
En primer lugar se hace una crítica al sistema mundo capitalista (globalizado y globalizante) que se nos presenta como único modelo y única alternativa viable, En segundo lugar pasamos a preguntarnos ¿cómo es posible que se reproduzca mecánicamente el proceso del modelo neocolonizador y se implanten tecnologías pedagógicas, sin que haya una crítica de por medio? Pensamos que el modelo de escuela producto de la modernidad hoy está en decadencia ya que se constituyó en una institución mediadora de poderes y conocimientos. Y, finalmente se hace una propuesta hacia dónde deberán orientarse, tanto la educación como los así llamados “aprendizajes” y “competencias”. En este sentido nos permitimos también citar las palabras de Estela Quintar (2007): "También es bueno aprender a identificar el orden. Cada vez que escucho las palabras calidad, modernización y competencia digo, ¿y la justicia social? ¿Por qué ahora reemplazamos al término “justicia social” por el de “calidad” en el sistema educativo? ¿Acaso cambiaron las condiciones materiales de los latinoamericanos? A mí no me parece que hayan cambiado mucho. En definitiva no queremos hombres de pensamiento Bonsai".

1. La educación como proyecto de nación.

Las Administraciones Públicas, independientemente del tipo de gobierno que asuma el poder –de centro, derecha o izquierda-, deben asegurar la Educación de todos los ciudadanos y evitar que el acceso a las redes conlleve un nuevo tipo de discriminación generadora de una nueva forma de analfabetismo. Esto significa que Hay que evitar que con el uso de Internet y las TIC en general, los estudiantes sigan siendo espectadores, y ahora además dependientes de la tecnología. Por lo tanto, presuponemos que la efectividad de los procesos de enseñanza y aprendizaje no depende solamente de los medios empleados, en términos generales. El efecto de los medios se manifiesta de manera muy especial en el mercado globalizante, en las actividades laborales y en el mundo educativo. El mercado global ha demostrado ser generador de formas de exclusión social masiva, sustentada en ideologías de raza, credo y condición social. Mientras que por un lado propaga la idea del fin de la historia y promueve la integración regional de los mercados; en la práctica se excluye a trabajadores migratorios –los muros de las fronteras de México con EU, son cada vez más altos, vigilados y controlados-; se ponen restricciones arancelarias a los productos mexicanos tanto en EU como en Canadá; se prohíbe la exportación de ciertas mercancías, como el atún, el aguacate y ahora el camarón; no dejan el libre tránsito de mercancías, argumentando atraso tecnológico en los transportes, etc., tomando como pretexto el narcotráfico se criminaliza a los jóvenes en dichos países y ahora, para viajar, cada día son mayores los mecanismos de control y vigilancia contra los turistas, tomando como pretexto “la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado”. La fuerza laboral con capacidad profesional no encuentra acceso en el mercado de trabajo y si la hay, es mal pagada, en este sentido debatimos y nos preguntamos, al interior de nuestro equipo de trabajo: ¿Qué ciudadanía podrá surgir y fortalecerse a través de la educación, si se toma como eje central las competencias laborales del individuo, y no los valores éticos y morales, en un país donde la defensa de los intereses profesionales está sujeta a las necesidades del modelo productivo discriminatorio y generador de diferencias económicas, sociales, políticas y culturales, que además políticamente, no asume el diálogo social como compromiso estratégico del desarrollo nacional? Por último, través de la educación y de la formación de profesionales ¿qué sociedad estamos construyendo si en vez de ampliar el peso del conocimiento y el desarrollo de nuevas tecnologías amigables con el ambiente, promovemos los valores del mercado: la usura, el lucro, la explotación, la contaminación, el consumo conspicuo y la lógica de la ganancia excesiva, como medida fundamental del éxito profesional como forma única del paradigma decadente del “desarrollo”?
En efecto la educación no es compatible con la ilusión modernizadora de las élites económicas, cuando se dilapida el capital humano, tirando al precipicio la experiencia acumulada, el conocimiento científico y los cambios tecnológicos que marcan nuestra época. Por esta razón, siguiendo los planteamientos de Lyotard (2007) estamos hablando del "fin de la modernidad", que se manifiesta en la crisis de una configuración histórica del poder en el marco del sistema-mundo capitalista (Immanuel Wallerstein, 2003), que sin embargo ha tomado otras formas en tiempos de globalización, sin que ello implique la desaparición de ese mismo sistema-mundo. Argumentamos que la actual reorganización global de la economía capitalista se sustenta sobre la producción de las diferencias y que, por tanto, la afirmación celebratoria de éstas, lejos de subvertir al sistema, podría estar contribuyendo a consolidarlo. En este sentido el uso indiscriminado de las TIC y los medios masivos de comunicación en general, que facilitan que los estudiantes mejoren su aprendizaje, puede generar, por el contrario, que sigan siendo espectadores y no actores en el proceso y ahora, además, dependientes de la tecnología.
Pensamos en un primer momento que la Administración Pública debe apostar por la educación, pero no enfatizar en la estrategia gastada del “desarrollo”, debido a que el sistema constantemente está en crisis, es decir, el modelo económico está totalmente agotado, lo mismo sucede con el sistema educativo. Salvador Malo señaló, durante la jornada del Taller de Indicadores de Ciencia, Tecnología e Innovación que: “el sistema educativo del país desde el jardín de niños hasta el posgrado, está agotado”, como resultado del “centralismo, autoritarismo y paternalismo” . El investigador propone, revitalizar el modelo pedagógico de las universidades, crear centros de capacitación y aprendizaje fuera del sistema escolarizado formal e impulsar un sistema de competencias laborales. Sus argumentos son que la educación superior mantiene características absurdas, por ejemplo, “una estructura que limita la movilidad estudiantil e inhibe, cuando no impide, la preparación interdiscpilinaria propia de las universidades, lo que desalienta la generación de nuevas profesiones e investigadores en nuevas artes y conocimientos”. Malo señala que las universidades han estado dedicadas a impartir conocimientos en lugar de producir aprendizajes efectivos, pertinentes y verificables, es decir, vinculados directamente con los problemas nacionales y regionales. En este sentido, los estudiantes deben desarrollar competencias en las que estén involucrados, además de los contenidos disciplinares (saberes y destrezas), el pensamiento complejo y la generación de nuevas tecnologías.
A partir del diplomado comprendemos que este es un camino, entre otras posibilidades, por lo que coincidimos con las anteriores afirmaciones, en el sentido que le da el investigador, y lo tenemos que decir: el sistema educativo mexicano ha generado una especie extraña de intelectuales inútiles y poco “productivos”, vallamos a la cifras:
En primer lugar argumentaremos porqué el modelo económico está agotado. De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), México se convirtió en el país latinoamericano con mayor crecimiento de la pobreza, indigencia y desigualdad, esta afirmación se desprende de datos obtenidos por dicho organismo y la distribución del ingreso en el año de 2009. En el caso de México señala la Cepal, el número de pobres al final de 2008 se sitúo en 37 millones de personas, equivalentes a 34.8 por ciento de la población total, en el mismo periodo el número de indigentes sumaban 12 millones, 11.2 por ciento de la población , por el contrario es el país donde se registra la mayor concentración económica en unas cuantas manos. La contracción económica repercute significativamente en el gasto público y este a su vez en los rubros educativos, por lo que podemos afirmar, sin temor a equívocos, que existe un rezago educativo debido a la falta de inversión por parte del sector público, y de sobra está decirlo, el sector privado no invierte ni en educación ni en ciencia y mucho menos en la producción de tecnología, ya que prefieren comprarla o adquirirla en el extranjero.
En segundo lugar, observamos que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), redujo los montos de algunas categorías para becas de posgrado. Durante 2008 se asignaron seis salarios mínimos mensuales para todos los estudiantes becados en doctorado, 4.5 para estudiantes e maestría y 4 para los estudiantes de especialidad. En cambio para el 2009 se crearon cuatro categorías para el doctorado, la maestría y la especialidad, resultando más perjudicados los estudiantes que ingresen a alguno de estos tres niveles académicos en la categoría de reciente creación, para la cual se fijó un monto por becario de 3.6 salarios mínimos en doctorado; 2.7 en maestría y 2.4 en especialidad.
El papel de la razón para formar cientistas y tecnólogos de alta calidad de acuerdo con los fines que persigue el Conacyt es precisamente acceder a los secretos más ocultos y remotos de la naturaleza con el fin de obligarla a obedecer nuestros imperativos de desarrollo y control. Max Weber (1978), habló en este sentido de la racionalización de occidente como un proceso de construcción de su modernidad. De ahí se desprendió su hegemonía política a través del control de los saberes y tecnologías para la producción y dominio de la naturaleza, para la guerra y control de los mercados.
El filósofo social norteamericano Immanuel Wallerstein (2003) ha mostrado cómo las ciencias sociales y naturales se convirtieron en una pieza fundamental para este proyecto de organización y control de la vida humana. El nacimiento de las ciencias no es un fenómeno aditivo a los marcos de organización política definidos por el Estado-nación, sino constitutivo de los mismos. Era necesario generar una plataforma de observación científica sobre el mundo social que se quería gobernar. Sin el concurso de las ciencias el Estado moderno tendría capacidad de ejercer control sobre la vida de las personas, definir metas colectivas a largo y a corto plazo, ni de construir y asignar a los ciudadanos una "identidad" cultural. No sólo la reestructuración de la economía de acuerdo a las nuevas exigencias del capitalismo internacional, sino también la redefinición de la legitimidad política, e incluso la identificación del carácter y los valores peculiares de cada nación, demandaban una representación científicamente avalada sobre el modo en que "funcionaba" y que mostraba a los demás como único. Solamente sobre la base de esta información era posible realizar y ejecutar programas gubernamentales con sentido, dentro de esta lógica se inscribe el proyecto Conacyt (Lorenzo I. Vargas, 2006). En efecto, solo los científicos inscritos en el programa de dicho organismo son productivos; los demás, profesores, investigadores y profesionales no lo somos. La presencia de miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SIN) en el país es “altamente asimétrica”, además de que conforma una pequeña élite de intelectuales. Veamos los números, “la presencia de jóvenes investigadores es nula, solo 35 menores de 30 años poseen un grado en el organismo; de los 14 mil 559 miembros del SIN, hasta 2008, 40 por ciento radican en el Distrito Federal, seis por ciento en el Estado de México, 5.2 en Jalisco y Morelos, 3.7 en Puebla y 3.5 por ciento en Nuevo León. De estos 9 mil 852 son hombres y 4 mil 707 son mujeres. De acuerdo con datos del Foro Consultivo Científico y Tecnológico el número de científicos y tecnólogos en el país es sólo la quinta parte de lo que la nación requiere para su “desarrollo”, esto quiere decir que es una minoría y no es suficiente apara llegar a ese “desarrollo” tan manoseado políticamente, por eso lo ponemos entre comillas. Finalmente señalan los analistas del foro la presencia de de miembros del SIN en el extranjero es mínima, ya que sólo 0.9 por ciento del total labora en otras naciones. Con tales argumentos podemos sostener efectivamente que el modelo educativo y la generación de cuadros para la investigación científica y tecnológica están en crisis. Por lo que la escuela reafirma su carácter de panóptico social, en el sentido que le da Michael Foucault. La escuela se convierte en un espacio de internamiento donde se forma ese tipo de sujeto que los "ideales regulativos" de la constitución estaban reclamando. Lo que se busca es introyectar una disciplina sobre la mente y el cuerpo que capacite a la persona para ser "útil a la patria y al desarrollo del país". El comportamiento del niño deberá ser reglamentado y vigilado, sometido a la adquisición de conocimientos, capacidades, hábitos, valores, modelos culturales y estilos de vida que le permitan asumir un rol "productivo" en la sociedad. Pero no es hacia la escuela como "institución de secuestro" que debemos dirigir nuestras reflexiones, sino hacia la función disciplinaria de ciertas tecnologías pedagógicas, en efecto: ¿cómo es que se dan las formas de la colonialidad del saber y la colonialidad del ser, sin que sea perceptible para los educadores y los educandos? ¿Cómo es posible que se reproduzca mecánicamente el proceso y se implanten tecnologías pedagógicas, sin que haya una crítica de por medio, cuando menos?
La escuela como institución social es el producto de la modernidad hoy en decadencia; es una institución mediadora de poderes y de conocimientos que permite la consolidación de un sistema relacional de saberes unificados y homogéneos, por lo tanto implanta modelos estandarizados, hace que el individuo sea dócil y acrítico. Sin embargo, la dogmatización de paradigmas ideológicos propios de la modernidad, ha llevado a la escuela y a sus actores a repensar su rol en la construcción de un nuevo sentido de ciudadanía y de valores socioculturales que respondan a las exigencias de un nuevo orden social. La escuela se convierte en el escenario de la acción pedagógica y los docentes en sus actores junto con los alumnos. Sin embargo, son estos últimos la pieza fundamental de cualquier proceso que pretenda una innovación real de los elementos del Sistema Educativo, sobre todo en esta época de cambios de estructuras culturales que pueden ser riesgosos para la consolidación del país.
De acuerdo con esta perspectiva, la escuela debe ser reinventada desde la concepción que la define como un lugar para aprender y como una estructura cultural de vida y para la vida. Por lo tanto es necesario revisar algunos de esos procesos culturales que determinan la situación de la formación permanente de docentes en el marco de la modernidad.
La escuela como institución social, y los docentes como algunos de sus protagonistas, son productos de la modernidad occidentalizadora, y, a partir de la relación entre ellos, se desarrolla un conjunto de saberes y de poderes culturalmente legitimados y mediados por la razón social del conocimiento; un conocimiento que fue implantado desde la propia visión hegemónica europeizante. Esto conduce a replantearnos la acción social y cultural que se le atribuye y se le ha atribuido a la educación desde la perspectiva de esa modernidad heredada y caduca, asumiéndose que debe estar orientada a la legitimación social de los saberes socialmente construidos como vía para la consolidación de las identidades individuales y colectivas, sobre todo desde una cosmovisión y filosofías latinoamericanas, es decir desde nuestro propio ser. En efecto, se necesitan nuevos conocimientos y competencias, pero sobre todo necesitamos apropiarnos de ellas y darles una resignificación, para no generar “intelectuales inútiles”, aquellos que solo se limitan a comentar o a reproducirlos valores propios del la occidentalidad europea como propios o como el modelo ideal a seguir. “Intelectuales fascinados por el poder” como afirma Hermann Bellinghausen, que racionalizan las políticas y van con todo contra indígenas, sindicatos y los movimiento sociales, además de que promueven la integración progresiva afín a los intereses de los Estados Unidos, dando la espalda a las experiencias y necesidades de México y América Latina. Los profundos cambios que en todos los ámbitos de la sociedad se han producido en los últimos años exigen una nueva formación de base para los jóvenes y una formación continua a lo largo de la vida para todos los ciudadanos. Así, además de la consideración a todos los niveles de los cambios socio-económicos que originan los nuevos instrumentos tecnológicos y la globalización económica y cultural, en los planes de estudios se van incorporando la alfabetización digital básica (cada vez más imprescindible para todo ciudadano) y diversos contenidos relacionados con el uso específico de las TIC en diversos ámbitos, estos ¿permiten el mejor desarrollo de las capacidades y competencias de los estudiantes? ¿Son un nuevo modelo tecnológico para inducir solo saberes y experiencias de aprendizaje o tienen un fin: institucionalizar las dependencias y sincronías con el modelo de universal inclusión impuesto por la globalización?

2. Educar para vivir, para sentir, para valorar, para conservar nuestra cultura e identidad.

Evidentemente no toda la educación anterior fue mala, como tampoco las nuevas tecnologías y su uso tienden a la perversión, es más, se puede afirmar tentativamente que el estudiante aprende de los errores del docente. Esto quiere decir que en los descubrimientos científicos, tecnológicos y en pedagogía, los errores son más relevantes que los aciertos. Pero es necesario estar atentos, por ejemplo, hemos argumentado que debemos producir aprendizajes efectivos, pertinentes y verificables, vinculados con los problemas nacionales y regionales. También se ha señalado que estamos involucrados, querámoslos o no, en los contenidos disciplinares (los saberes y las destrezas), el pensamiento complejo y en el uso de nuevas tecnologías. Hasta ahí, existen coincidencias. Sabemos que desde el enfoque constructivista existen tres tipos de aprendizajes, declarativos, procedimentales y actitudinales, en otras palabras es saber qué, saber hacer y saber ser. Pero la complejidad radica en proponer la construcción del saber en la frontera del propio conocimiento occidental, es decir crear nuestra propia ciencia y saberes, apropiarnos de ellos y construir un nuevo conocimiento desde nuestra región, esta fórmula que marcamos como fin esta en tensión, porque los modelos hegemónicos preconcebidos desde el afuera a nuestra realidad se interponen con la búsqueda de nuestras propias salidas. En este sentido, ¿la arquitectura, es mexicana porque la hacen mexicanos, aunque sea evidentemente igual a lo que se produce en los Ángeles o NY? ¿Cómo podemos identificar la arquitectura producida por arquitectos mexicanos o latinoamericanos de la arquitectura que se produce en Europa o Japón? Evidentemente hay conocimientos, saberes y tecnologías propios y apropiados trasmitidos que van a las raíces que hace que la arquitectura mexicana, tenga un distingo entre las otras arquitecturas producidas en el concierto universal. A esto nos referimos, en efecto, los aprendizajes son cognitivos, afectivos y relacionales. Esto nos lleva a constatar la hipótesis de que, los resultados positivos o negativos que se atribuyen a causas internas, tienen más posibilidades de influir más o menos, en la autoestima que aquellos que se atribuyen a causas externas. En este sentido el docente tiene un papel motivador, en tanto que el alumno tenderá a seleccionar las experiencias significativas y construir dentro de su propia vida un proyecto que lo oriente y lo lleve a autoaprender. Estas premisas se sustentan en cuestiones centrales. Primero, no todos tenemos los mismos intereses y capacidades; segundo, no todos aprendemos de la misma manera, y tercero, nadie puede aprender todo lo que hay que aprender.
La nueva escuela y el nuevo modelo se centran en las habilidades propias de los estudiantes, por lo tanto, se requieren especialistas evaluadores; se pretende también igualar los perfiles de los estudiantes, intereses y objetivos con los contenidos curriculares y estilos de aprendizajes; para lograrlo, se requiere de un gestor que vincule al estudiante con el currículo; Se busca que los estudiantes aprovechen y estén atentos con las oportunidades existentes, para ello, se propone un gestor escuela comunidad, y, finalmente, se requiere articular de forma equilibrada estudiante-evaluación-currículo y comunidad, para esto, se ha pensado en un coordinador supervisor de maestros.
Aquí es necesario hacer una pausa, para no caer en el vacío, hay todo un proyecto ya estructurado que se nos muestra y se nos da como acabado y hegemónico, esto ya está y así debe ser, lo por lo mismo, no es casual que surjan resistencias y criticas. En este sentido nos apresuramos a argumentar y demostrar que esto no tiene por qué ser así y, mucho menos debemos asumir “los aprendizajes” como entidades subjetivas y subjetivadas, lo que hace que se desplace tanto el papel del docente como el del estudiante en la construcción del conocimiento propio y apropiado. En realidad la finalidad de la enseñanza es el alumno y no los aprendizajes. El binomio docente alumno tiende a perderse con el nuevo modelo, ahora resulta que es necesario un especialista evaluador, un gestor en vinculación, un gestor que relacione escuela comunidad y un coordinador que supervise las funciones que realizan los maestros. Esto así llanamente planteado no nos cuadra. Tampoco encajan ciertos cambios conceptuales, por ejemplo, se modifica el concepto de materia, por el de asignatura y ahora este cambia nuevamente por el de unidad didáctica. Se habla de complejidad, cuando en realidad se pone énfasis en lo procedimental y actitudinal. Se manejan categorías de sentido y significado, pero se elude hablar de la crisis de sentido del mismo modelo hegemónico global en el que estamos insertos. No se cuestionan los significados que el mismo modelo proyecta y que se ven claramente en el nuevo modelo educativo.
Algunas capacidades y competencias adquieren un papel relevante: la búsqueda y selección de información, el análisis crítico (considerando perspectivas científicas, humanistas, éticas, estéticas, etc.,) y la resolución de problemas, la elaboración personal de conocimientos funcionales, la argumentación de las propias opiniones y la negociación de significados, el equilibrio afectivo y la negación al fracaso, el trabajo en equipo, los idiomas, la capacidad de autoaprendizaje y adaptación al cambio, la actitud creativa e innovadora, la iniciativa y la perseverancia son algunos elementos que pueden aplicarse a cualquier modelo. Pero, ¿por qué no se cuestiona institucionalmente? ¿Por qué es indispensable que sea el inglés la lengua dominante para todo tratado y congreso científico? Es que estamos en los tiempos de Ptolomeo en Alejandría que impuso que todo documento fuera transcrito al griego, esto evidentemente sirvió al conocimiento pero también fortaleció la hegemonía griega sobre un vasto imperio construido por Alejandro. Los romanos hicieron lo mismo e impusieron el latín, de tal manera que sin haber sido conquistados por los romanos, fuimos latinizados y ahora estamos siendo anglohomogenizados y lo vemos como normal ya que asumimos que esto es así y así debe ser. A esto nos referimos cuando utilizamos las categorías de colonialidad del ser y colonialidad del saber (Walter Mignolo, 2003, Aníbal Quijano, 2008, Edgardo Lander, Santiago Castro Gómez, 2000) .
Las nuevas destrezas que se desarrollan en un espacio virtual, de interacción social requieren nuevos conocimientos. Además de aprender a buscar y transmitir información a través de las TIC (construir y difundir mensajes audiovisuales), hay que capacitar al sujeto para que pueda intervenir y desarrollarse en los nuevos escenarios virtuales generando una nueva cultura de interacción social referencial y no vicaria, virtual y no real, formados en la interdisciplinariedad. Pero ¿Qué tipo de interdisciplinaridad se está construyendo? Veamos un ejemplo:
El 30 de junio de 2009 se emite un Estatuto en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), vigente en la actualidad, donde se eliminan las facultades y escuelas y las convierten en centros adscritos a los institutos de investigación. Los centros serán “unidades académicas conformadas por uno o varios campos problemáticos o de conocimiento y dependerán de los institutos. Lo transdisciplinario quiere decir trascender las disciplinas existentes por “campos problemáticos o campos de conocimiento” . Y en lugar de formar en los institutos grupos interdisciplinarios de investigación y generación de conocimientos, lo que el nuevo modelo universitario pretende es producir profesionales en la interdisciplinaridad, algo así como entes sin definición propia, todólogos en cierta área o campo del saber, para cumplir con las demandas de las empresas para sus cuadros medios en su modalidad, en otras palabras, contar con trabajadores multiusos, dejando los espacios de dirección y liderazgo a los egresado por las universidades privadas. Pero esto es muy importante, porque ya sucedió en algunas Universidades Públicas, hace 20 años atrás, cuando en lugar de formar sociólogos, decidieron crear la carrera en Ciencias Sociales.

3. Los aprendizajes y las competencias desde la perspectiva de las necesidades educativas.

La sujeción al sistema-mundo ya no se asegura mediante el control sobre el tiempo y sobre el cuerpo ejercido por instituciones como la fábrica o el colegio, sino por la producción de bienes simbólicos y por la seducción irresistible que éstos ejercen sobre el imaginario del consumidor. El poder libidinal de la posmodernidad pretende modelar la totalidad de la psicología de los individuos, de tal manera que cada cual pueda construir reflexivamente su propia subjetividad sin necesidad de oponerse al sistema. La educación y el aprendizaje deben orientarse a la búsqueda de alternativas, a la conformación profundamente excluyente y desigual del mundo moderno exige un esfuerzo de deconstrucción del carácter universal y natural de la sociedad capitalista-liberal que se nos presenta como proyecto único, por tanto, se requieren capacidades para pensar en las fronteras del propio conocimiento y plantearse la posibilidad de que otro mundo es posible.
La sociedad del conocimiento no empieza ahora, desde los años setentas se introdujo este concepto y se ha ido desarrollando como un proyecto más, se hablaba de las nuevas tecnologías que explotarían en el siglo XXI y para ello se fueron dosificando e introduciendo, poco a poco los avances que experimentalmente ya habían probado ser viables, principalmente en las áreas de la electrónica, la robótica la computación y las comunicaciones. Las tecnologías que durante las últimas décadas combinaron la potencialidad de la informática con la expansión de los sistemas de comunicación produjeron cambios en la producción de bienes y servicios; pero esto fue pensado así por quienes manejaban la producción y comercialización de dichos avances, fue una planeación y organización administrativa desde y para el desarrollo y expansión de los mercados capitalistas. En cambio, el avance social se detuvo y se promovió la utopía sobre la generación de tecnologías que modificarías sustancialmente la producción, el trabajo y por lo tanto las condiciones de vida de los sujetos. En muchos casos los cambios sociales producidos en los últimos años se presentan como un producto inevitable del desarrollo de las TICs. Esta idea de progreso tecnológico ineludible termina plasmándose; entre otros lugares; en las estrategias y políticas concretas para su incorporación en la sociedad. Sin embargo; desde otras perspectivas teóricas (Aida Quintar, 2007), se ha cuestionado esta visión instrumental que presupone efectos universales en la aplicación de la tecnología. Nuestro punto de vista asume que tanto los aprendizajes como las competencias asumen un carácter ambiguo y complejo en el proceso de transformación que se desarrolla en nuestros días, sentimos que se ha creado la “necesidad “de ellas para vivir y tener calidad de vida. Por esta razón es que debe discutirse el contexto y su finalidad debido a que en torno a las TICs se abarcan desde aspectos políticos hasta problemas sociales; culturales y educativos al mismo tiempo se deben analizar problemas concretos y usos “no previstos” de las TICs en nuestra sociedad. (Aida Quintar, 2007).
Se deben promover e implantar políticas que tiendan a impulsar la educación, abatir la pobreza y desigualdades sociales, la injusticia, la impunidad y la corrupción, en este sentido la palabra educar es para ser libres y tener calidad de vida que permita la armonía en un país en el que actualmente no se vislumbra el futuro.
En este marco es que se plantean algunas cuestiones sobre las competencias y las TIC:
Uno de los aspectos centrales de las competencias es la Flexibilidad en los estudios. Los entornos de teleformación y la posibilidad de que los alumnos trabajen ante su ordenador con materiales interactivos de autoaprendizaje y se puedan comunicar con profesores y compañeros, proporciona una gran flexibilidad en los horarios de estudio y una descentralización geográfica de la formación. Los estudiantes tienen más autonomía. La educación puede extenderse a colectivos que no pueden acceder a las aulas convencionales. Esta forma de interactuar de manera virtual y no referencial, permite también que se desarrollen comportamientos reprobables, los mensajes y las plataformas no cumplen con las normas, por lo que es muy fácil que se den plagios de ideas, principios y textos. En este sentido pensamos que el docente, cuya función también es la de observar, debe saber que tan maduro es el pensamiento del alumno para tener, sostener y demostrar sus aprendizajes. De igual manera, la tarea del docente se centrará en formar una conciencia critica y honesta, para que el alumno sepa citar las diversas fuentes de información, para no ser un simple reproductor de ideas.
Otra de las bondades de las de las competencias es el aspecto relacional e interactivo que provoca el aprendizaje basado en este modelo. En efecto, las posibilidades informativas y comunicativas de Internet amplían el entorno inmediato de relación de los estudiantes. Conocen más personas, tienen más experiencias, pueden compartir sus alegrías y problemas. Pero a veces ocurre que no existe esa persona, es un invento, no se sabe quiénes son y adoptan distintas personalidades incluso con un fin criminal. Lo que ha sucedido a través de las nuevas tecnologías es que uno está expuesto a virus informativos, de tal manera que todo nuestro trabajo incluso nuestros datos personales, cuentas y trabajo están expuestos a robo o pérdida de información.
La nueva metodología didáctica pone especialmente énfasis en el interés y la motivación, se parte del supuesto de que la motivación es uno de los motores del aprendizaje, pero existen distracciones y dispersiones por parte de los alumnos y del mismo docente, por ello es importante diseñar estrategias de búsqueda de información, para no traer basura. A través de las nuevas tecnologías se facilita la comunicación y el contacto referencial virtual, ello no implica que los alumnos se acerquen más, pregunten y compartan sus ideas, por el contrario, se dan aprendizajes incompletos con visiones de la realidad simplistas, poco profundas, incluso se confunde el conocimiento con la acumulación de datos, y la investigación con la recopilación simple de fuentes de información. Debemos promover en los alumnos aprendizajes en donde aprendan a preguntar, a cuestionar, a inquirir, a buscar el error, a aprender de los errores y a no ser receptores pasivos. El uso del Chat y los correos por Internet, han generado un nuevo lenguaje, más corto , con mayor significado entre los jóvenes, pero muchas veces es indescifrable para quien no esté familiarizado con dicho lenguaje, por lo tanto es una falacia que los nuevos aprendizajes basados en competencias mejoren la expresión escrita, gráfica y audiovisual, ya que se ha generado una visión parcial de la realidad, una visión muy particular de los problemas y un mayor individualismo y asilamiento.
Conclusiones.
En el presente trabajo se hizo una revisión crítica del sistema-mundo y los procesos de globalización e integración de marcados que se asumen como exigencias para mejorar los aprendizajes y las competencias en materia educativa.
Se argumentó que la crisis del modelo educativo y la decadencia del concepto de “desarrollo” como paradigma, son producto de la utopía del sistema de integración mundial y que en la producción de cientistas, no sólo hay un rezago, sino que la producción actual ínfima, selectiva, son inútiles y proco productivos, por lo que la producción de estos es altamente asimétrica.
Se habló de la necesidad de referenciar la educación a los problemas nacionales y regionales (de AL), para abatir las desigualdades generadas por el sistema-mundo capitalista que es un modelo generador de exclusión social, pobreza y desigualdad.
Se planteó la propuesta de estar atentos al uso de las nuevas tecnologías (TIC) en la educación por múltiples razones que van desde lo actitudinal y la motivación, hasta la falsa construcción de pensamientos y de conocimientos, generando saberes aberrantes y subjetividades que no hace más que remarcar individualismo y el aislamiento virtual y no referencial ni mucho menos real.

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